La aparente habilidad y dominio, sintetiza la obra de este joven pintor con una timidez que hace referencia a la elegancia captada del natural. Suavidad, delicadeza, serenidad son sensaciones que se aprecia en la temática de sus obras, siempre enmarcada por el interés hacia la verdad que vive en su entorno.

 

Esta exposición descubre un fiel retrato de los sentimientos del autor, siempre abanderados por su definición de las Artes Plásticas como LA VANGUARDIA DE TODOS, en la que el pintor ha de ser un transmisor de mensajes, que despierten en sus espectadores ilusiones y les hagan partícipes directos de la evolución de la humanidad.

 

Su visión del arte deja como último recurso la consideración de la obra de arte como simple elemento de decoración dentro de un espacio determinado.

 

El Artista quiere que la mirada vaya a aquellos lugares donde el ojo no esta acostumbrado a ver,  que la mente se enriquezca de formas, e interprete distintas percepciones visuales que se transformen en la realidad que el pintor observa.

 

Su concepción del artista y la persona “como una pareja en la que ha de prevalecer, el ser sobre el tener”, es la brújula que marca su discurrir humano y pictórico, en una realidad de la que toma la técnica del Realismo, y lo que en ella acontece, procurando limpiarlo del pragmatismo que casi todo lo envuelve.

 

GHIO, establece un dialogo entre el espectador y la obra, proporcionando unas vivencias que demuestran que el verdadero sujeto de  atención es la pintura y no el Pintor. De ahí el sistema compositivo de la obras y los porqués de sus elementos y colorido.

 

El Artista trata de bucear entre las partículas de pigmentos, ensaya con la densidad del grosor de sus colores, plasmando composiciones construidas en escenarios que él mismo recrea, buscando un cierto efectismo teñido de control disimulado por el equilibrio de sus sentimientos.

 

La sensibilidad de este pintor, ha hecho representar a una sociedad de nuestra actualidad de una manera lírica, llevando a la obra a un terreno envuelto en una metáfora de la que hay que conocer al artista, para conocer el mensaje oculto de la obra.

 

La ignorante mirada de la crítica  y su público, ha hecho que la Pintura Realista, haya dejado de ser valorada por una buena parte de la Sociedad, incluyendo a  artistas contemporáneos, dejando el virtuosismo de pintar a un plano inferior, sin importarles el contenido de la obra. Sin embargo el Artísta trata de ver, sentir, e intentar trasmitir una forma de manifestación artística, centrada y determina hacia el simbolismo, pero haciendo honor al Arte de siempre, el de toda la vida, LA PINTURA REALISTA, hoy dia olvidada y sustituida por el arte del todo vale y decorativo para el hogar.

 

 

La aparente habilidad y dominio, sintetiza la obra de este joven pintor con una timidez que hace referencia a la elegancia captada del natural. Suavidad, delicadeza, serenidad son sensaciones que se aprecia en la temática de sus obras, siempre enmarcada por el interés hacia la verdad que vive en su entorno.

 

Esta exposición descubre un fiel retrato de los sentimientos del autor, siempre abanderados por su definición de las Artes Plásticas como LA VANGUARDIA DE TODOS, en la que el pintor ha de ser un transmisor de mensajes, que despierten en sus espectadores ilusiones y les hagan partícipes directos de la evolución de la humanidad.

 

Su visión del arte deja como último recurso la consideración de la obra de arte como simple elemento de decoración dentro de un espacio determinado.

 

El Artista quiere que la mirada vaya a aquellos lugares donde el ojo no esta acostumbrado a ver,  que la mente se enriquezca de formas, e interprete distintas percepciones visuales que se transformen en la realidad que el pintor observa.

 

Su concepción del artista y la persona “como una pareja en la que ha de prevalecer, el ser sobre el tener”, es la brújula que marca su discurrir humano y pictórico, en una realidad de la que toma la técnica del Realismo, y lo que en ella acontece, procurando limpiarlo del pragmatismo que casi todo lo envuelve.

 

GHIO, establece un dialogo entre el espectador y la obra, proporcionando unas vivencias que demuestran que el verdadero sujeto de  atención es la pintura y no el Pintor. De ahí el sistema compositivo de la obras y los porqués de sus elementos y colorido.

 

El Artista trata de bucear entre las partículas de pigmentos, ensaya con la densidad del grosor de sus colores, plasmando composiciones construidas en escenarios que él mismo recrea, buscando un cierto efectismo teñido de control disimulado por el equilibrio de sus sentimientos.

 

La sensibilidad de este pintor, ha hecho representar a una sociedad de nuestra actualidad de una manera lírica, llevando a la obra a un terreno envuelto en una metáfora de la que hay que conocer al artista, para conocer el mensaje oculto de la obra.

 

La ignorante mirada de la crítica  y su público, ha hecho que la Pintura Realista, haya dejado de ser valorada por una buena parte de la Sociedad, incluyendo a  artistas contemporáneos, dejando el virtuosismo de pintar a un plano inferior, sin importarles el contenido de la obra. Sin embargo el Artista trata de ver, sentir, e intentar trasmitir una forma de manifestación artística, centrada y determina hacia el simbolismo, pero haciendo honor al Arte de siempre, el de toda la vida, LA PINTURA REALISTA, hoy día olvidada y sustituida por el arte del todo vale y decorativo para el hogar.